Vídeos, mensajes, fotos, series, pódcast, música, libros... Historias, en definitiva. La capacidad del ser humano de producir y consumir historias se encuentra en una cumbre desde la que cuesta mucho distinguir las hogueras junto a las que nuestros antepasados se sentaban a hacer exactamente lo mismo. Nunca antes se había creado tanto y, sin embargo, nunca antes nuestra capacidad de crear había tenido un enemigo tan peligroso a las puertas. A medida que aumenta la penetración en nuestras vidas de la tecnología, incluida la inteligencia artificial, aumentan sus riesgos, especialmente si no la comprendemos. La combinación de signos y la construcción de imágenes a partir de ellos que se denomina lectura, con la que se construyen jardines, barcos, castillos, selvas, océanos, diosas, infi ernos, odios, enamoramientos, mariposas, credos, mantras, poemas, sirenas y vampiros, utiliza la misma parte del cerebro donde germinan la imaginación y la empatía. Esta obra es una defensa de la imaginación, pero sobre todo es una defensa de la capacidad de crear y empatizar del ser humano para, si construir un mundo mejor resulta demasiado idealista, al menos sobrevivir. «Este ensayo reflexiona sobre la facultad humana de la imaginación, que está en la base de la empatía, el lenguaje o las artes; Begoña Quesada, de forma amena y muy documentada, nos alerta de la importancia de salvaguardarla e impulsarla ya que es insustituible para preservar la memoria y la capacidad crítica frente a las nuevas tecnologías y sus peligros. Que el poder imaginativo mantenga el pensamiento en pie». Viviana Paletta. Poeta y editora.