Porque si soy austero, comprendo que no necesito un armario lleno de prendas que ya me pondré si surge la ocasión. Si soy sostenible, entiendo que he de prestar más atención a los alimentos que como y a los recursos de los que dispongo. Si soy consciente, descubro que mis hijos no necesitan un surtido de regalos en su cumpleaños para alcanzar la felicidad.
Nadie dice que esto sea fácil, pero Loreto nos revela la plenitud que podemos experimentar al darle valor a las cosas, a mantenerlas durante generaciones, no solo las materiales, sino aquellas tan valiosas y a la vez tan intangibles.