En Free Play, Stephen Nachmanovitch propone una meditación magistral sobre cómo la improvisación se puede aplicar no solo al arte sino también a la vida y sobre cómo, al hacerlo, desbloquearemos nuestra creatividad.
«¿Cómo se aprende a improvisar? ¿O, en todo caso, cómo se aprende cualquier arte? ¿O cualquier cosa? Es una contradicción, un oxímoron. Ve y dile a alguien: “¡Sé espontáneo!”. O trata de que alguien te lo diga. Nos sometemos a maestros de música, de baile o de talleres literarios que pueden criticar o sugerir, pero lo que realmente nos piden es que “seamos espontáneos”, que “seamos creativos”. Y eso, por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo. ¿Cómo se aprende a improvisar? La única respuesta es otra pregunta: ¿Qué nos lo impide? La creación espontánea surge de lo más profundo de nuestro ser. Lo que tenemos que expresar ya está en nosotros, somos nosotros, de manera que la creatividad no es una cuestión de encontrar el material, sino de desbloquear los obstáculos para que fluya naturalmente.» —Stephen Nachmanovitch
Si bien la espontaneidad y la inspiración pueden quedar bloqueadas, descarrilarse o ser eclipsadas por factores inevitables de la vida, Stephen Nachmanovitch apuesta por una fluidez de la energía creativa sin obstáculos, es decir, por el goce de hacer arte en todas sus variantes vitales. Basándose en ejemplos de las artes, las ciencias y las tradiciones espirituales de la humanidad, Free Play nos revela por qué creamos y lo que aprendemos cuando lo hacemos.
Lleno de citas inusuales, anécdotas divertidas y metáforas originales, el autor nos guía para esclarecer cómo podemos liberar la inspiración de nuestro interior— y a la vez liberarnos a nosotros mismos— para hablar, cantar, escribir, pintar, bailar o jugar con nuestra verdadera voz. Sabia, generosa y atemporal, Free Play es una obra de referencia para personas de cualquier campo a la que podemos acudir una y otra vez en casos de necesidad creativa.