El origen del papercut se remonta al siglo XVI en Xinjiang (China), donde esta técnica llegó a convertirse en un verdadero oficio y adquirió un papel muy importante dentro de la cultura china. En sus inicios estas figuras tenían una finalidad propiciatoria para atraer la suerte, la prosperidad, la riqueza, la fecundidad…
Hoy en día, el papercut se ha extendido por todo el mundo y, junto con los mandalas, se trata de una práctica relajante que potencia la concentración, reduce el estrés y la ansiedad, y desarrolla las capacidades artísticas de quienes la practican.