Es un cuento infantil, en letra mayúscula, de Elisa Ramon y magníficamente dibujado por Francesc Rovira, dos de los profesionales con más trayectoria del panorama infantil. Recrea que, ante cualquier disyuntiva, siempre se tiene la opción de elegir lo que uno cree que es mejor, sin dejarse llevar por la corriente. Y es que nunca es tarde para la paz, ¿verdad?
Un general necesita unas botas para ir a la guerra, así que decide hacérselas a medida. Para el general la guerra era la guerra: tenía que aniquilar todo lo que se encontraba en su camino. Pero lo que no sospechaba es que ni sus soldados ni sus botas opinaban igual. A ellos, la guerra no les gustaba; de hecho, el general no les gustaba; ni el olor a pólvora, ni el silbido de las balas, ni… Entonces, ¿qué hacían ahí?
Cuando el general grita: “Al ataque”, y se dispone a dar el primer paso, las botas se niegan a obedecerle, los soldados se marchan corriendo y el general se queda solo ante el enemigo y sin entender qué está pasando.
Las botas empiezan a correr para huir de la guerra, llevándose al general lejos de la destrucción. Y es que nunca es tarde para celebrar la vida, ¿no te parece?