La violencia nace del conflicto interno que tenemos todos los seres humanos entre nuestro lado racional, solidario, consciente, generoso, evolutivo, y nuestro lado irracional, insolidario y materialista, lo que Sigmund Freud denominó el subconsciente, que no es otra cosa que nuestra herencia primitiva del instinto de supervivencia animal; al cual nosotros hemos denominado EGO
Toda la violencia que desgraciadamente padecemos tiene su origen ahí, en esa dicotomía que diariamente sufrimos todos. Evidentemente el problema es que EL ENEMIGO LO TENEMOS EN CASA. La violencia no es una cuestión ni de ideología, ni de género, sino algo que nos atañe a todos los seres humanos, por el mero hecho de serlo
Por otra parte la violencia no es más que un síntoma de una mente desordenada, enferma. Por lo tanto no debe ser ni perseguida, ni condenada. Este libro es un punto de inflexión, el fin de una etapa, un antes y un después. Nuestra visión de la realidad es errónea