«No podemos, si empezamos, ¿cómo vamos a pararlo?»
Lochan y Maya de diecisiete años, siempre se han sentido más amigos que hermanos. Ante la incapacidad de una madre alcohólica y la ausencia de un padre que los abandonó, deben hacerse cargo de sus hermanos menores y esconder su situación a los servicios sociales.
Esa responsabilidad les ha unido, tanto, que se han enamorado.
Saben que su relación está mal y que no puede continuar, pero al mismo tiempo no pueden controlar sus emociones y la atracción les domina.
Su amor es un amor prohibido, y si alguien descubre su secreto, no habrá un final feliz para ellos.