Cualquiera puede cometer un error y, desde luego, la hija de un vicario, también. Por eso, Charlotte Lamb tendrá que pagar por el suyo y apartarse de la sociedad. Decidida a ocultarse a ojos de todos, se refugia en Milkweed Manor, una casa londinense que intimida con su sola presencia y de la que todos hablan, pues se dice que sus paredes ocultan oscuros secretos.
Lo peor de todo es que, una vez allí, volverá a aparecer en su vida un antiguo pretendiente, alguien cuyo pasado no está claro. Tanto él como ella quieren proteger a aquellos a quienes aman. Lo que no imaginan es... el enorme sacrificio que supondrá hacerlo.