«No puede ser. Contamos con la mejor comida, la mejor música, las mujeres más bonitas y el mejor clima de este país y, aun así, tenemos que lidiar con la fama, en buena parte merecida, de paletos borrachos, intolerantes y de gatillo fácil». La misión, furiosa y desternillante, es acabar con eso de una vez por todas, sentar a todos los rednecks que habitan al sur de la línea Mason-Dixon en las mecedoras del porche del abuelo, abrir unas cervezas, pinchar «The Southern Thing» de los Drive By Truckers e inspirarles para que se subleven y reclamen la dignidad y la belleza de su tierra y su cultura.