En 1987, Adela es una joven feliz que recibe de su marido un reloj carísimo de oro y diamantes. Ella, presumida hasta el tuétano, alardea de su regalo a todas horas hasta que unos meses más tarde, y después de una cena con sus amigos íntimos, descubre que lo ha perdido. No vuelve a aparecer.
En 2019, Adela, ya viuda y a punto de jubilarse, recibe en el trabajo un sobre, sin sello y sin remitente, con el reloj que había perdido treinta y dos años antes. La aparición la llena de sospechas y saca a la superficie una pregunta inquietante: ¿Quién está detrás del robo? ¿Quién de su entorno ha querido hacerle daño durante este tiempo? Y, sobre todo, ¿por qué?
Será su hija pequeña, Virginia, una joven de casi cuarenta años y en paro, la que se empeñará en resolver el misterio, aunque eso la lleve a airear los silencios familiares y la desmitificación a su propia madre.