El agua siempre encuentra su camino es una fiesta de no cumpleaños donde hemos sido invitados todos los que pensamos que la poesía puede y debe correr el riesgo de ser amena, directa, comunicativa, sin que por ello tenga que prescindir de la cultura, del homenaje intertextual, del artificio retórico.
Alejandro González Terriza es una rara avis en el concierto poético español de la segunda década del siglo XXI. Su poesía tiene aguijón: pincha al lector, lo agita por dentro, lo divierte, lo incorpora a su gang diciéndole. «Termina tú el poema como quieras». Eso se llama poesía cómplice y lo demás son tonterías.
Luis Alberto de Cuenca