Rosa Garalva viene a darle un giro de 180 grados a nuestra manera de entender lo que se conoce como labores del hogar. Se trata de una propuesta fresca, que cuestiona con valentía esa manera convencional, a menudo heredada de nuestras madres, que tenemos de afrontar las tareas de casa. Limpiar, recoger, ordenar, planchar son verbos con mala fama; es aburrido y sólo lo hacemos porque no hay más remedio.
Este libro nos plantea un cambio de paradigma. Persigue dos objetivos. En primer lugar, que entendamos que un entorno permanentemente limpio, agradable y ordenado nos proporciona paz y bienestar, mejora sustancialmente nuestro estado de ánimo y, por ende, la calidad de nuestro tiempo y la convivencia en casa. La propuesta consiste en afrontar las tareas de la limpieza en equipo (se acabó asociar la limpieza a la mujer) y desde la motivación de la recompensa final, no desde el fastidio y la pereza. En segundo lugar, Rosa nos presenta un método sencillo y cargado de sentido común que, partiendo de un análisis crítico de nuestras circunstancias y de nuestras rutinas habituales, nos permitirá optimizar el trabajo de limpieza. Un pequeño cambio de hábitos por parte de toda la familia conseguirá que mantener la casa siempre limpia sea muy fácil. El ahorro en tiempo dedicado a la limpieza será espectacular. Limpiar puede ser también una actividad creativa. Rosa nos propone revisar nuestras decisiones respecto a los limpiadores que utilizamos y apostar por productos respetuosos con el medio ambiente; productos que podemos hacer en casa con el consiguiente ahorro de dinero. En estas páginas encontraremos ejemplos prácticos que nos sorprenderán.