Primera memoria, una novela «lejana y próxima a un tiempo, quizás más temida por invisible», Premio Nadal 1959, narra el paso de la niñez a la adolescencia de Matia —la protagonista— y de su primo Borja. Los soldados lloran de noche, escrita en 1963 y ganadora del Premio Fastenrath de la Real Academia Española, esta majestuosa historia gira alrededor de la figura de un misterioso soldado desaparecido, Jeza. La trampa es una ambiciosa obra que comparte algunos personajes, se trata de una novela autónoma que nos descubre monólogos, desasosegados y vibrantes en torno a los preparativos de una fiesta para celebrar un centenario. Con la guerra civil española como trasfondo, estas tres novelas autónomas que forman parte de un todo son una muestra excepcional del singular universo narrativo de Ana María Matute.