Leonardo da Vinci fue un genial pintor, además de un excepcional dibujante e inventor que concibió máquinas voladoras e ingenios bélicos o de recreo avanzados a su tiempo. Observador atento de la naturaleza, de las plantas y el agua, de los cuerpos y los rostros humanos, su infinita curiosidad lo convierte en la encarnación perfecta del ideal de hombre del Renacimiento y en un artista de una modernidad insospechada.
Es precisamente esa dimensión visionaria de los inventos y el arte de Leonardo el aspecto más destacado en esta obra magníficamente ilustrada. Los numerosos dibujos del artista, extraídos de sus códices y cuadernos, permiten profundizar en el método de este ingeniero que ansiaba descifrar los ritmos y las leyes del continuo movimiento del mundo. Sus formidables intuiciones supusieron un punto de inflexión en la historia del arte; su fantasía, su personalidad y sus viajes a través de Italia y Francia nos siguen fascinando hoy en día...
La obra contiene más de trescientos facsímiles e ilustraciones, entre ellos la carta de Leonardo da Vinci a Ludovico el Moro en Milán, bocetos y dibujos técnicos extraídos de los códices, estudios de astronomía y el plano de la ciudad de Imola.