Mucho antes de aprender a caminar, la pequeña Luisa aprende a volar. Y mucho antes de saber hablar, aprende a observar. Hace apenas unas horas que ha nacido y su madre, Aza, la abandona en circunstancias dramáticas. Paul, que es su padre, se hace cargo de ella y la cría en el ambiente caótico y festivo de un piso de estudiantes en Múnich. Pero un día todo esto se acaba y, junto con la curiosidad propia de una niña que ya tiene seis años, Luisa y su padre se ven empujados a seguir la huella de Aza. Así emprenden un viaje que comienza lejos en el tiempo y que termina lejos en el espacio, que va del frío y el hambre de un pueblo bávaro de finales del siglo XIX a una selva tropical de Brasil.
A través de la voz clara e inocente de Luisa, que no sabe juzgar y que se hace escuchar con sus impresiones de una vida poco convencional, Stefanie Kremser firma una novela luminosa y cálida, llena de giros inesperados, que con sentido del humor nos relata la aventura más grande de todas, la que nos lleva a indagar en nuestros orígenes y leyendas familiares para finalmente poder encontrar un lugar en este mundo: la que nos lleva a comprender, en el sentido más amplio de la palabra.
Stefanie Kremser nació en Düsseldorf (1967), de familia alemana y boliviana, pero creció en São Paulo, Brasil. A los veinte años se trasladó a Múnich para estudiar cine documental y desde 2003 vive en Barcelona. Esta biografía itinerante se percibe en su obra, que a menudo se centra en la búsqueda de la identidad en un entorno multicultural. Es guionista de cine y televisión y autora de dos novelas, Postal de Copacabana y Calle de los olvidados. Su tercera novela, El día en que aprendí a volar, se ha traducido a varios idiomas.