Ambientada en el momento de la división de la antigua Checoslovaquia en las actuales Repúblicas Checa y Eslovaca en 1993, tras la perestroika, la caída del Muro de Berlín y la Revolución de Terciopelo de 1989, esta novela narra las vicisitudes acaecidas durante la copia de una valiosa pintura, un icono religioso apócrifo, por parte de un artista checo; falsificación encargada por la mafia búlgara instalada en Praga desde la pérdida de poder del bloque soviético. A través de los diversos puntos de vista de los distintos personajes, McCarthy teje un impresionante tapiz que es, a un tiempo, radiografía del paso de un régimen totalitario a una democracia cuyos efectos, al parecer, tampoco son la panacea social, y reflexión sobre la autenticidad en el arte y el devenir humano.