El complot que en 1565 urdió en México Martín Cortés, hijo de Hernán Cortés, es solo uno de los avatares de la tensión que estalló entre la corona castellana y sus territorios de ultramar en la segunda mitad del siglo XVI. En lugar de reducirse a un careo entre españoles e indios, la conquista borró todas las desavenencias, generando precozmente una conciencia política criolla. Para comprender las aspiraciones de esos españoles de las Indias, el presente libro muestra la amplitud que alcanzaron sus desobediencias a la península entre los años 1540 y 1580. Asimismo, se adentra en el desarrollo de los grandes procesos políticos conservados en los archivos americanos y peninsulares, por donde pululan personajes extraordinarios y afluyen historias vitales rocambolescas. La monarquía de las Indias aparece aquí lejos de constituir un sólido imperio colonial.
A través de una meticulosa radiografía del mundo que heredan los hijos de los conquistadores, salen a relucir la miseria de los emigrantes, el acercamiento entre indígenas y colonos, la corrupción de los magistrados y las flaquezas del aparato administrativo: una nueva cultura política irrumpe en el seno de una sociedad conservadora.