Yo fui tu Pigmalión no es una novela estructurada al uso. Salvando todas las distancias posibles -época, estilo literario o la universalidad del autor-, sigue unos parámetros similares a los que marcó Oscar Wilde en su epístola De profundis, escrita desde la cárcel a su antigua pareja. En este caso, el autor la ha pensado como un posible referente que intente resultar valioso a aquellas personas especiales, de cualquier sexo y género posible, que se embarcan en una aventura de tamaña envergadura: convertirse en el Pigmalión de otro ser poco evolucionado que si bien esconde cualidades insospechadas, tampoco le exime de posibles traumas insondables, por lo que no siempre resulta posible llegar a la meta final del ejercicio con el éxito soñado.