El filósofo valenciano Juan Luis Vives, muerto en 1540, es una de las figuras más sobresalientes de nuestra historia nacional y quizá la más representativa del siglo cultural en que vivió, pero no se ha puesto suficientemente de relieve su relación con otro gran personaje de la historia de Inglaterra amigo suyo, sir Tomás Moro, que sigue siendo un enigma histórico por su decapitación en 1535. La propuesta de este libro es que uno y otro se complementan, lo que nos ayuda a comprenderlos mejor, porque en Vives podemos encontrar a Moro y en Moro a Vives.
Ambos buscaban la paz de Europa, deseaban encontrar lo que es esencial al hombre y comprenden que Cristo está en todos y es la síntesis de todo, adentrándose en el Humanismo Cristiano. Han visto que el humanismo está decayendo porque los humanistas ya no son humanos, sino crueles, porque han abandonado a Cristo y se han puesto al servicio de los políticos. Hay un momento crucial de esta historia que hace cambiar todo, que el autor considera tan importante o incluso más que los artículos luteranos: el del divorcio de Enrique VIII y Catalina de Aragón, eje central de este libro en torno al cual giran los amigos Vives y Moro.