Cuando se acerca un invierno tan frío que sus narices se vuelven insensibles y sus estornudos se congelan antes de explotar, la familia de erizos decide que ha llegado el momento de buscar un hogar más cálido. Así que mamá, papá y sus nueves hijos, cada uno provisto de una arrolladora personalidad propia fielmente representada en las ilustraciones, emprenden un viaje a través del bosque.
Buscar un hogar no es tarea fácil y la familia de los erizos declinará las propuestas del topo, de la cigüeña, la ardilla y al comadreja. Encontrarán el lugar ideal en una extraña construcción metálica, una casa rodante abandonada por los humanos.
No saben que han ido a parar a un tanque.
Un cuento en el que destaca el calor de los afectos familiares, frente al fuego destructor de la guerra. Un cuento cuyas palabras, llenas de una ironía a veces entrañable, otras, amarga, adentran al lector en los misterios de la vida, tan bella y tan dura al mismo tiempo.