Escondí mi cuaderno donde nadie pudiera encontrarlo. Arquitecto de palabras, malabarista desentimientos, defensor de injusticias o sencillamente un escritor que se aísla demasiado. Son algunos de mis rasgos más caracterizados, rasgos que plasmo en cada letra y destiñen dolor en forma de tinta. ¿Te atreves a clasificarme? ¿En qué te basas? Hago música y escribo desde mi corazón hasta los oídos de aquellos que quieren escucharlo. Escribo para calmar mis heridas, y si con ello consigo ayudar a alguien, entonces sabré que estoy haciendo lo correcto.Ámate.Ámale.Amarnos.