Artemisia Gentileschi fue una de las más brillantes creadoras del xvii. Hija de Orazio Gentileschi, del que aprende el oficio de la pintura, pronto sus obras superan en dominio de la luz y el color a las del padre, proponiendo a menudo un despliegue portentoso de texturas, tonos y maneras muy diferentes de enfrentar el relato, los cuerpos y el propio canon. Desdichadamente, no es este sin embargo el único o primer motivo para explicar la popularidad de la pintora, uno de los más notables referentes entre las artistas mujeres. La violación perpetrada por el colaborador del padre, Agostino Tassi, pendenciero y mentiroso y al cual el propio Orazio denuncia por este hecho mucho después y tras una serie de desavenencias económicas entre ambos, hace que Artemisia se convierta en su propia leyenda, en una especie de heroína maldita.
Aquí se reproducen, además de las cartas, la primera parte de las Actas del proceso, consistente en los interrogatorios y en las declaraciones de la acusación, del imputado y de los distintos testigos sobre el tema concreto del estupro.