Los pronósticos electorales son controvertidos. En ocasiones nos permiten averiguar con indeterminado grado de certeza cuál va a ser el resultado de una elección con antelación, sin necesidad de realizar grandes operaciones sobre los datos de los sondeos. Otras veces parecen errar en la previsión de voto con diferencias más o menos sustanciales, y los receptores del pronóstico se sienten engañados y defraudados por un fallo aparentemente inexplicable. Siempre está presente la sospecha, más bien infundada y en general injusta, de que se manipulan para influir en los resultados de las elecciones. Desafortunadamente, con el paso de los años, se ha instalado una cierta desconfianza hacia los resultados de las encuestas y, en particular, de los sondeos preelectorales entre los profesionales de los medios de comunicación, una parte de los representantes políticos y amplias capas de la ciudadanía.
En este libro se plantea una evaluación objetiva de los procedimientos que se emplean para pronosticar elecciones mediante encuestas preelectorales, llegando a la conclusión de que, aunque no se posible predecir con exactitud el comportamiento electoral con un mes de antelación, hay determinados procedimientos que han venido funcionando mejor que otros.