Nietzsche confesó después de escribir esta obra que su origen fue particular, místico y contemplativo a través de dos "visiones" que tuvo en 1881 y 1883. En contra de los dogmas filosófico-religiosos y sus valores, la obra de Nietzsche es extremadamente visual y lírica, lo cual inspiró a Irkus para adentrarse en estas "visiones". Ofrece por lo tanto, más allá de su alcance intelectual, un terreno ideal para el talento expresionista y vanguardista de Irkus. La lectura del libro de Nietzsche está íntimamente relacionada con nuestra sociedad actual, en constante búsqueda de referentes y nuevos valores que seguir. Irkus aporta su propia visión poética y profética del superhombre, la voluntad de poder y el eterno retorno, que nos insta a volver a cuestionarnos nuestra propia vida.