Ionah siempre ha vivido en el desierto, nunca ha visto a otro ser humano a excepción de su madre y no sabe lo que es la lluvia. Durante años su madre le ha enseñado a sobrevivir y, cuando ésta muere prematuramente, Ionah debe aprender a vivir en soledad. Cuando Ionah se hace adulto, tendrá que tomar una decisión: en el cobertizo tiene seguridad y, más allá de las dunas que lo rodean, le esperan incontables peligros aunque también compañía.