De viaje por el norte del país, los protagonistas sufren una avería en su vehículo y se detienen en un taller ubicado en medio de la nada. La historia se desarrolla en un clima de conflictos y tormentas, catástrofes latentes y locura solapada. En "El viento que arrasa" los personajes son nítidos, corpóreos, se escuchan sus voces, sus modos. Y los del paisaje: el sol fuerte, los árboles tupidos, los coches averiados, las camisas transpiradas y las vidas destruidas. Retomando una gran tradición latinoamericana -de Onetti a Rulfo- influenciada por los escritores del sur norteamericano -como Faulkner y Carson McCullers-, se lee como una novela de gran intensidad, hasta dejarnos sin aliento.