En el vídeo aparecen los dos prometiéndose que, sucediera lo que sucediera en sus vidas, pasarían juntos la noche en que cumplieran 40 años. En Roma. Una llamada de teléfono, al día siguiente. Marie. La misma voz que hace 20 años. La misma entonación, la misma risa... Desde luego, sería completamente pueril dejarlo todo e i rse a Italia a verla. Sería estúpido e inmaduro. Pero ¿cómo resistirse a una promesa estúpida e inmadura?