Todas las literaturas han conocido el sueño de un mundo ideal, de pasiones y valores absolutos: el Renacimiento lo concibió con disfraces de pastor, y, en España, bajo los rasgos de La Diana. Con la perfección geométrica de su trama, y con una sepientísima mezcla de naturalidad y artificio, la obra maestra de Jorge de Montemayor ofrece a un tiempo una absorbente novela psicológica y una enciclopedia de la erótica renacentista. Gracias a Juan Montero, La Diana es ahora, por primera vez, objeto de una auténtica edición crítica, fundada en los tres diferentes estados de los princeps, la impresión milanesa en que intervino el autor y el resto de la tradición textual, incluidas las versiones manuscritas de los numerosos poemas que integran en el relato una antología lírica de la época. El prólogo y las notas del editor no dejan resquicio del libro por considerar, recogiendo cuanto sabía y mucho que hasta hoy se ignoraba sobre La Diana.