En un momento en que la vida personal del comisario Sharko parece tocar fondo, después de perder en accidente a su esposa y a su hija, se enfrenta a uno de los casos más macabros y enigmáticos a los que nadie haya tenido que enfrentarse: la aparición de una joven arrodillada, completamente desnuda, rasurada y a la que parecen haber estallado los órganos, en el interior de una iglesia. Todo parece resultado de un horripilante rito, o bien constituir un apocalíptico mensaje, pero lo que pondrá al comisario sobre la buena pista serán unas pequeñas maripsoas, todavía vivas, en el interior de su cráneo. Desde luego, se enfrenta a un asesino muy cruel, y la ayuda de una médium resultará particularmente necesaria en este caso.