Tras narrar su historia familiar y el descubrimiento de sus orígenes en La nieta de la maharaní, Maha Akhtar nos cuenta de un modo más intimista, su búsqueda interior, las reflexiones y las emociones sentidas tras conocer quién era su padre. Pero nos habla también de quién era su madre, de la relación entre ambas y el reencuentro después de años de separación. Y cómo su vida viene marcada por el carácter no sólo de su madre, si no también por el de la mujer que estuvo a su lado durante la adolescencia, su tía Hafsa.
Las historias de Zahra y Hafsa llevarán al lector a través de escenarios y culturas aparentemente dispares, de Nueva York a Beirut, y de Londres a Nueva Delhi. E incluso más allá, a un viaje interior que nos permitirá descubrir cómo algunos sacrificios del pasado nos permiten ser quienes somos en la actualidad.