Hace ahora un cuarto de siglo, La Sinagoga Vacía revolucionó los estudios sobre el pensamiento sefardita en el Ámsterdam del siglo XVII y su paradójica culminación en la obra de Baruch de Espinosa, en cuya Ética demostrada según el orden geométrico iba a iniciarse el materialismo filosófico de los últimos tres siglos. El trabajo requirió un exhaustivo rastreo de manuscritos y autores hasta entonces apenas estudiados. Se trataba de recuperar a los grandes heterodoxos que fueron el subsuelo del propio Espinosa: Uriel da Costa y Juan de Prado, sobre todo. Pero también se trataba de leer a los pensadores judíos ortodoxos en confrontación con los cuales se formó el autor de la Ética antes de su expulsión de la Sinagoga en el año 1656: Menasseh ben Israel, Orobio de Castro, Abraham Pereyra, Isaac Cardoso? Y de fijar los términos del desarraigo extremo en que la irrupción y caída del falso Mesías Sabatai Zeví hundió a la comunidad judía española de la ciudad del Ámstel.
En esta nueva edición de un libro cuya resonancia internacional ha sido extraordinaria, el texto ha sido cuidadosamente actualizado con las aportaciones y descubrimientos de estos tres últimos decenios. Y su pregunta central apunta más que nunca a nuestro propio presente. Ningún pensador despertó en su siglo tanto temor cuanto Espinosa, ninguna obra pareció tan enigmática cuanto su Ética. ¿Qué se temió, que sigue, aún hoy, desazonándonos en la lectura del Iudeus et Atheista Baruch de Espinosa?