Philip Kitcher conecta el dilema del personaje central de la novela con las cuestiones más relevantes del pensamiento occidental.
En la novela de Mann, el escritor Gustav von Aschenbach se siente atraído por un adolescente al que ve por primera vez en el Lido de Venecia, el lugar donde se producirá finalmente la muerte del propio Aschenbach. Thomas Mann se enfrenta en su obra a la preocupación de cómo debemos vivir, idea ya explorada con igual intensidad por sus predecesores alemanes Schopenhauer y Nietzsche. Kitcher analiza cómo los distintos enfoques de Mann, Britten y Visconti iluminan la tensión entre los valores éticos y sociales y la sensibilidad del artista ante la belleza. Cada una de las tres obras se pregunta si una vida dedicada al autosacrificio en busca de logros perdurables puede sostenerse y si el abandono del autocontrol debilita su mérito. Poseído por la idea de su muerte, Aschenbach también nos ayuda a reflexionar sobre si es posible lograr algo siendo conscientes de nuestra finitud y sabiendo que nuestros éxitos son siempre incompletos.