En una ciudad occidental, cosmopolita y próspera, se produce un fenómeno extraño que inicialmente parece sólo un molesto contratiempo pero muy pronto se convierte en una amenaza mucho más insidiosa, capaz de transformar las más íntimas convicciones de los ciudadanos. A partir de la crónica de este fenómeno que afecta a todos los estratos de una sociedad, el autor recrea el proceso de su descomposición,
desde la delación, el temor y la sospecha, hasta el pillaje, la magia y la superstición. En medio del caos, una relación amorosa se construye serenamente, inmersa en el tiempo de la lenta restauración de un cuadro mitológico donde el artista se atrevió a invitar al espectador a soñar con otro destino para Orfeo y Eurídice. Argullol nos recuerda el indispensable valor de la lucidez y la memoria: mirar atrás, como hiciera
Orfeo al rescatar a su amada del Hades, no aboca necesariamente a la condenación.